Siempre una inhalación te llevará a despertar, a estar más alerta, activarte y accionar. Inhalar te lleva a la acción y exhalar a relajarte o soltar
Respirar es lo primero que haces y lo último, pero ¿te has dado cuenta que naces inhalando y te vas a morir exhalando? Este detalle tiene gran importancia, porque tu cerebro aprende patrones de movimientos y de reflejos a través de estímulos y los memoriza: siempre una inhalación te llevará a despertar, a entrar en el sistema simpático (estar más alerta, despertar, activarte, accionar).
Por ejemplo: ahora mismo, piensa en algo que te asusta mucho e imagina qué pasa y notarás como inhalas y sostienes el aire dentro, o una cara de sorpresa, y sucede lo mismo. Estas son acciones que ha aprendido tu cuerpo y todas son para saberte defender, te ponen más alerta y tendrás mayores posibilidades de sobrevivir, porque puedes atacar o emprender la huida de una manera más efectiva y funcional, pero ¿por qué habla de huir o atacar?
Si eso solo lo hacíamos de manera primitiva, porque nuestro sistema siempre lo traerá instalado de manera evolutiva y a través de millones de años las células de nuestro cuerpo transmiten información a la de nuestros hijos, si se trata de sobrevivir (puedes buscar artículos reconocidos del Dr. Oded Rechavi que comprueban lo que estoy afirmando) y trascender como especie, en realidad esto es un hecho para cualquier especie viva.
Nuestras células desde nuestra existencia como Homo Sapiens-Sapiens, hemos tenido las entrañas a la vista de nuestros depredadores (porque al estar sobre nuestros dos pies, nuestras entrañas quedan a la vista y expuestas de los demás) y para defendernos atacamos frontalmente: sacamos los dientes, levantamos los brazos, gritamos, abrimos el pecho para que la voz suene más fuerte, etcétera; salimos huyendo: corremos; nuestro sistema nervioso llena de sangre los pies y las manos, las calienta, genera adrenalina, para que emprendamos la huida…
Todo esto se da con la inhalación, cuando estamos en peligro, y otra, y la última manera que tenemos para defendernos, es al contrario, soltando completamente el cuerpo (hacernos los muertitos), envolviéndonos (como un armadillo, para esconder nuestras vísceras) o paralizándonos (otra vez el muertito, pero con tensión); estas tres las defino como una sola: envolvernos.
Todas estas maneras de defendernos se relacionan con un actuar o no actuar de nuestro sistema locomotor (el que nos mueve) y respiratorio: todo esto se desata por una alerta en nuestro sistema nervioso (SN), que es el mandamás de todo el cuerpo (incluye, no solo tu cerebro, sino también la fascia, sentidos, entre otros). Cuando te envuelves y te defiendes hacia el cierre y la inmovilización, entonces, para realmente parecer muertito, tu cuerpo tiene que exhalar y soltar, relajarse.
Si a partir de hoy tú me entiendes que inhalar te lleva a la acción y exhalar a relajarte o soltar, ya tienes una gran herramienta para sobrevivir y estar mejor que nunca, pero, como siempre en el ser humano, tienes muchos beneficios sobre esta información que te potencializan en todo momento en tu vida.
Por ejemplo: cuando quieras, inspírate, haz una inhalación larga y piensa en tus ideas mientras lo haces de manera consciente y notarás, cuando quieras activarte mucho, inhala muchas veces seguidas, cuando quieras soltar, exhala con un suspiro de enamoramiento (aunque no lo sientas, imagínalo, y lo puedes hacer con ternura hacia un bebé o una mascota que quieras mucho, siempre sueltas un suspiro de amor).
Y para que tengas muchos ejemplos y lo vivas de la mano conmigo, y sepas cómo despertar o descansar, inspirarte, sentirte con mucha seguridad, saber cómo te escuchan o escuches, estar todo el tiempo con mucha energía o dormir profundamente, hice un webinar que subí a YouTube para que puedes ver durante 50 minutos y hacer cosas que impliquen todo esto y tener un control remoto para sentirte y estar justo como quieras y lograrlo.
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